12 feb 2013

David, de Miguel Ángel




     Contemplamos una imagen del David; escultura exenta de Miguel Ángel, realizada de mármol mediante talla entre los años 1501-1504. Pertenece a las primeras etapas de producción del artista 1490-1505 , que se caracteriza por el predominio del clasicismo, con perfectas proporciones humanas tomadas de la escultura clásica antigua; sin embargo, deja ya entrever las características de las obras posteriores de Miguel Ángel, es decir, de la mayor expresión de los rostros como muestra de la “tenibilitá” a favor del alma. Esta obra es el mejor exponente del Cinquecento florentino.

     Se trata de una estatua colosal, ya que el bloque de mármol en el que fue tallado era de extraordinaria altura y muy estrecho, y distintos escultores habían rechazado utilizarlo. Mide 4.34m de altura. Destaca la perfección clásica del modelado del cuerpo, que recuerda a los Kurós (atletas de la Grecia Clásica), pero además, Miguel Ángel añade detalles que dan utilidad al personaje y revelan la gran tensión a la que se somete el cuerpo, pues se trata de un instante de tensión y movimiento contenido, un momento de concentración previo a la acción. Destaca su expresividad en el rostro, con mirada segura y expectante, así como la crispación de las manos, robustas y exageradas que las hace mas pesadas.

     Miguel Ángel dispone en su David en un elegante contraposto, pues trata de representar el momento en el que inicia la acción de caminar, el peso se apoya en la pierna derecha, que permanece rígida frente a la izquierda que se recogía y el pie izquierdo apenas toca el suelo; este desequilibrio armónico se trasmite a las partes del cuerpo: la cadera derecha se eleva y a la izquierda se relaja, mientras que el hombre derecho cae frente al izquierdo, en el que sujeta la honda. La postura es perfecta , propia de un adolescente, y manos abultadas que la que desarrollará en obras posteriores. Todo el cuerpo muestra tensión, la tensión dinámica de un cuerpo vigoroso, gracias a la estructura en zigzag de la figura y al leve giro de la cabeza, que rompe con la frontalidad e invita al espectador a rodear la figura.

     David esta representado como un joven atleta, desnudo y musculoso y con mirada fija y penetrante, concentrado en la espera de divisar a Goliat. Miguel Ángel cuida todos los detalles, trabajando con gran expresividad también con los contrastes , gracias al excelentísimo trabajo con el cincel y el trepano. Fue un encargo de la ciudad de Florencia, como muestra de los valores morales de esta, y fue colocado en la plaza de la Siguería , convirtiéndose en símbolo político de la ciudad. 

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