Se trata de una obra arquitectónica del arquitecto italiano Bramante, realizada en Roma a principios del siglo XVI. Es la obra más característica del clasicismo, por la purea de líneas, el uso de elementos dóricos y el loro de la perfecta armonía entre lo cristiano y lo pagano, entre forma y contenido. Bramante utilizó para esta obra distintos materiales como granito para el guste de las columnas, mármol para las basas y capiteles, etc. La planta es circular, tipo tholos griego, con una cella interior también circular, de apenas 4.5 m de diámetro, decorada en el exterior por pilastras lisas adosadas, de orden dórico, que enmarcan vanos rectangulares.
La cella está rodeada por un peristilo de columnas dóricas y fuste liso, sobre un pequeño podio de tres escaleras: el peristilo forma el primer piso, que concluye en un entablamento típicamente dórico, con arquitrabe liso, friso dividido en triglifos y metopas y cornisa que da paso al segundo piso, también circular pero de menos tamaño. En las metopas se representan, mediante bajorrelieves, imágenes del martirio de San Pedro.
El piso superior comienza con una balaustrada clásica, sencilla, que da un aspecto plenamente renacentista a la obra. Rodea todo el piso aportando ligereza y transparencia al edificio. Este piso está construido como una linterna, en la que se suceden vanos rectangulares abiertos ya ciegos, algunas de ellos decorados con veneras a modo de semicúpulas. Los alféizares de las ventanas están en perspectiva, para que las líneas de fuga que se generan llevan hacia el centro virtual del edificio, corroborando el planteamiento centralizado del mismo.
El segundo piso da paso a la cúpula de media esfera nevada, con nervios planos que confluyen en una pequeña linterna rematada por una cruz, que acentúa la verticalidad del edificio. Se logra así una perfecta armonía de líneas, unido a la autena sociedad y elegancia que aporta gran robustez a este pequeño templo.
La obra fue financiada por los Reyes Católicos pero comenzaron el martirio de San Pedro y como símbolo de la fundación de la iglesia, pues se alza sobre la cúpula en la que, según la tradición, fue sacrificado el Santo. Es importante la relación con la filosofía neoplatónica de la época, implantada por el italiano Marsilio Fiano, que consideraba que el circulo y la esfera son las formas más perfectas y por tanto símbolo de Dios. Se convirtió en templo platónico ideal, y en el más puro exponente del clasicismo. Igualmente representado por Rafael. Destaca la monumentalidad clásica del edificio, pese a su pequeño tamaño, y su perfecta integración en el claustro. Todo se halla con medidas proporcionada y geométricas.
Podemos mencionar otras obras de Bramante como Santa María della Grazie y otros arquitectos de la épocas anteriores, como Brunelleschi, y posteriores, como Miguel Ángel.
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